Este mediodía me he decidido a tachar el visionado de Trainspotting de mi lista de cosas pendientes. Debería haberme informado un poco antes porque ha estado a punto de arruinarme el…como se llame cuando juntas el desayuno con la comida, con ésas escenas que ponen en peligro la estabilidad del estómago y que hace que lo que veías como un yogur…frío (realmente estoy tan acostumbrado que ya no sabría decir alguna cualidad especial) se convierta en una masa informe de la que es mejor no plantearse el orígen.
Trastornos digestivos aparte, una de las cosas que me han llamado la atención es el final «secreto» de la historia, que parece decir que a los buenos, por muy tontos que sean, les van a pasar cosas buenas. Otra cosa es que el pobre chico haga lo que sea con el resto de su vida (no tengo muchas esperanzas en él), pero lo que me ha dado que pensar ha sido precisamente que a pesar de juntarse con la peor calaña o meterse en los sitios menos recomendables, sus actos son considerados por los demás y obtiene una recompensa por ello.
Supongo que la lección que se puede aprender es que, si quieres, puedes ser honesto porque no todo van a ser palos en la vida, vas a tener tu reconocimiento; pero también has de ser consciente de la forma correcta de aprovecharlo para esta vez hacerte el bien a tí mismo y mejorar tu vida ¿Será éste uno de esos trenes que pasan sólo una vez?
El blog de Belmon 
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